cuando los estímulos sensoriales no tienen un impacto o una intensidad significativa en el individuo el cual tiende a discriminarlos o a no darle importancia.
Ejemplo.
El sonido del motor de la nevera, el sonido del reloj, un lugar con un olor determinado, estos son estímulos persistentes pero no de gran impacto y a pesar de seguir recibiendo el estimulo, el individuo no responde significativamente ya que se adapta fácilmente.
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